Marouane – Paloma Chen | #CIErraloConArte #CIEsNO

Marouane

Tengo piernas
y no raíces
y la abundancia y el hambre
están separadas
por solo unos pasos.

No conozco la suerte
pero me la imagino.
Me he quedado prendado de las nuevas predicciones,
de la nueva afinación de la cuerda que afirma,

de la que niega,
de la que enaltece,
de la que culpa,
de la que nace, de la que mata.

El reloj del sol refleja mis deseos

y me habla

sobre cruzar y cuadrar el círculo,
sobre la vida de insolencia
que he pagado
con
encierro,
humillación
y obediencia.

No me arrepiento.
Yo solo lo siento…

por mi madre
por dar a luz a uno de los condenados de la tierra.

Solo lo siento por mi madre,
porque me quieren redimir
de la pobreza y la no pertenencia.
Solo lo siento por mi madre,
porque mis verdugos han pensado que
20 años
20 años es una edad suficiente para roer el cableado de mis
sueños.

Qué placer hacer lo correcto,
dicen,
qué placer la moral judeocristiana,
sienten,
qué placer fustigar la servidumbre.

Perdóname por rendirme, mamá,
las dificultades no me hicieron más fuerte,
me hicieron más
amargo, me hicieron
más seco. Mamá, si tu tristeza es un pantano,
la mía es un desierto.
Mamá, la cotidianidad me eriza el pelo
en cada descanso,
me pide silencio
en cada tregua.

Y ahora solo me duele un recuerdo… de ti.

El de cuando me cortabas el pelo de pequeño,

y no imaginabas
el óxido en mis dientes,
el bote de lejía del que he
bebido,
el saltamontes en el alféizar de la ventana

de la que he saltado.

Mamá, ¿cómo ibas a prever que viviría en un zoo animal,
en la feria de un gobierno criminal,
con la quietud de un insecto ciego?
Que lloraría sangre
en el regazo de alguien
que acariciaría mi calavera con ternura,
que caminaría entre campos de naranjas,
que combatiría la apatía acostumbrada,

alguien a quien el dolor de estómago no le ha enfriado la
mirada,
alguien que reinicia cada ayer con estas
palabras,
alguien con mi voz, que permanece
mi voz, que ha tocado su corazón
y el de tantos otros
mi voz, que resuena en su garganta
y en la de tantos otros,
mi voz, que es la otros que no son otros
que somos nosotros
porque mi voz
se ha quedado
atascada
cada último martes

de mes
enfrente de una puerta
azul.

Estrecho, Llanto – Rebeca Pascó Soto || #CIErraloConArte #CIEsNO

ESTRECHO

Desde lo alto se dibuja la distancia calma.
Agua plata que al soplar el viento se arruga caprichosa.
Rizos, que son olas, nos escriben historias olvidadas en arrebatos de soberbia.

Vislumbro con mirada ciega el mar.
Personas sin socorro.
Una vida que se escurre en las profundidades,
Una vida que se calla,
Una vida que baja la cabeza como si modestamente hubiera vivido.

Hay un gran barco ansioso por llegar a la tierra prometida.
Un hotel que sigue retumbando secretos.
Y si las paredes hablaran…
Y las paredes hablan y cuentan historias de jugarse el tipo.

El tiempo todo lo cura,
Todo lo cura el tiempo.
Todo menos el desembarco de mujeres harapientas con un niño en el pecho.
Ojalá,
Ojalá la vida sea liviana y las miradas de amor y las manos al trabajo.

Miro al horizonte y a las vidas que han cruzado este mar salado.

Miro al horizonte y veo una esperanza mal comida,
Una angustia que susurra,
Un fantasma del pasado.

Rebeca  Pascó Soto 18/09/19

 

LLANTO

A lo lejos se escuchan las bombas tronando fuego.
Mudo ha quedado el zumbido rítmico de las estrellas,
Esa melodía que solo en algunas tierras se percibe entre el silencio de sorbos de té.
Un regalo de Dios a cambio de tanto dolor,
Si es que Dios se acuerda de nosotros en esta guerra.

Los hombre están muertos.
Son muertos que respiran,
Con ojeras y mirada espantada.
Mirada de hierro,
Mirada eterna.
Morirán, está vez en paz, con sus casas derrumbadas,
Sin el alivio de sentirse libres.

Las mujeres, de piedra, siguen llorando.
Y es que llanto, aquí y ahora, es la fortaleza de un castillo medio en ruinas.
Las lágrimas rodando, mejilla abajo, nos recuerda que somos,
Que somos pena,
Que somos translúcidos como los suspiros,
Pero que somos.

Niños acunados por unos brazos fatigados,
Por unas nanas crueles que cantan lo que no conocen,
La dulzura de un buen lecho,
Los días de sol radiante entre hierba fresca,
La celebración de un cumpleaños sin sentir la culpa de seguir cumpliendo.

Y así,
El fango se enreda en pies descalzos.
Nadie se preocupa de remendar zapatos.
Nadie camina mirando al horizonte.
No importan los bolsillos rotos,
No hay nada que quepa en ellos.
El oro es un deseo ridículo, arrugado.

La muerte se sienta en las alfombras gastadas y húmedas.
La muerte es una música perpetua y casi dulce.
En esta tierra de nadie,
En estas casas sin techo,
En estos hombres sin destino.

Solo una verdad continúa escribiéndose en la palma de sus manos.
Estas almas llorosas se siguen amando,
Temblando,
Con la boca seca,
Con la esperanza hecha trizas,
Con las ventanas cerradas,
Se siguen amando.

Rebeca Pascó Soto, 11/06/19

MIGRANTES – Deme Orte #CIErraloConArte #CIEsNO

Emigrantes que dejan su tierra,

su familia, su hogar y su pueblo.

Emigrantes que huyen de la guerra,

La violencia, el hambre y el miedo.

Emigrantes que buscan salir

del pozo de la miseria, de una vida sin futuro.

Emigrantes que sueñan un sueño

de otra vida de paz y bienestar, de trabajo y dignidad.

Migrantes que caminan sin desmayo

travesías peligrosas, penosas, mortales.

Migrantes por desiertos y rutas hostiles,

pies destrozados cargando su mundo a cuestas.

Migrantes navegantes en mares terribles,

náufragos en aguas asesinas,

Migrantes trashumantes, nómadas, fugitivos buscando refugio…

Inmigrantes en tierras diferentes a las suyas, siempre lejanas.

Inmigrantes en culturas y lenguas extrañas, con gente diversa.

Inmigrantes rechazadas, ninguneadas, acosadas, amenazadas, secuestradas, encerradas, violadas, expulsadas…

Emigrantes, migrantes, inmigrantes,

al fin y al cabo, personas.

Hermanas y hermanos de la misma familia humana,

Os damos la bienvenida como nuevos vecinos.

Nuestra casa es vuestra casa, si es que hay casa de alguien.

Todas vamos y venimos. Al fin y al cabo estamos de paso.

Somos la tierra de donde venimos,

la tierra que pisamos

y la tierra a la que vamos.

No dejamos de ser quienes somos por cambiarnos de sitio,

pero nos cambia la vida.

Somos la lengua que hablamos, y las lenguas que escuchamos.

Nos vemos en los ojos que nos miran.

Nos encontramos en los abrazos que nos esperan.

Somos raíces que vuelan

y alas que arraigan.

África en versos mojados – Abderrahman El Fathi || #CIErraloConArte #CIEsNO

África en versos mojados

Nunca fue tan oscura.
Jamás vio un resquicio de luz.
África se destiñe en su travesía
su ropa llega sola al blanco amanecer
todos bailan a su son
desfilan en su honor
ofrendas como espaldas
espadas como amores
lluvia de algas suspendidas en su
frente.

La tormenta africana azota
se derrite de soles dorados
hambrientos de todo norte
ajenos a las cruentas
llamadas. Ajenos
a las verdes colinas
asomaban sus esperanzas
a la ribera del sueño.

Duermen olas
en el regazo de tu vientre.
Se asomó la Luna
en el manantial del estrecho
el silencio quebranta
y la puesta del sol
cada día
más noche
cada amanecer más estrecho,
y ella,
sola
entre el silencio.
Una madre, en las palmeras del desierto.
Así es el estrecho,
desierto, Luna, manantial, siempre
Silencio.

Si me ofreces tu libertad
te daré mi estrecho.
Si me ofreces tus sirenas
te sacaré de tus profundidades.
Si me ofreces tus olas
Te brindaré mi tierra.

La razón surcó
todo mi pasado
desde mi más tierna y
azulada sombra.
Fue decisiva la penetrante
llovizna. Aprendimos a amar los charcos,
me mojé aquella tarde.
El sueño se concilió con la empapada noche
salí de mi cama
para llegar a mi tierna
sombra del ayer.

Abderrahman El Fathi (Tetuán, Marruecos) es profesor y poeta. Catedrático de literatura española en la Universidad Abdelmalek Essaâdi de Tetuán, Marruecos, donde dirige el Departamento de Estudios Hispánicos. Comprometido con la defensa de los Derechos Humanos y con el diálogo entre culturas, su obra poética refleja el drama que viven las personas migrantes en el Estrecho de Gibraltar en su intento por alcanzar las costas españolas. Ha publicado, entre otros, África en versos mojados (2002), Primavera en Ramallah y Bagdad (2003), Danzadelaire (2011), Volver a Tetuán (2019).

«UN DÍA» , «MIS HERMANAS» – DEME ORTE || #CIERRALOCONARTE #CIEsNO

“Un día “
A las personas internas en el CIE
y a las de fuera.
A ver si un día de estos quedamos
y damos día libre a los guardias que os guardan
y hacemos un día
“Jornada de puertas abiertas”.
Ese día podíamos hacer una paella
y comer y beber y cantar y bailar
toda la tarde.
Esa noche, cada familia podíamos invitar
a una persona a dormir en nuestra casa,
y al día siguiente,
cumplida ya la “Jornada de puertas abiertas”,
ya que nos ponemos,
podíamos cerrar el CIE
para siempre.  Deme Orte

 

“MIS HERMANAS”
Yo tengo una hermana negra,
mutilada de niña,
secuestrada por milicias,
violada por soldados,
despreciada por su clan,
que huyendo de la muerte
atravesó el desierto,
cruzó el Estrecho en patera
y vive buscando vida,
sorteando la ley,
y luciendo su ropa colorida con dignidad.

Yo tengo una hermana mora
obligada a andar tapada,
a salir acompañada,
a casarse por decisión ajena,
a apartarse de los hombres hasta en el rezo,
condenada a ser apedreada por adúltera
tras ser violada.
Mi hermana sufre, sueña y lucha por ser ella misma.

Yo tengo una hermana indígena,
pobre ente las pobres,
nieta de pobres, hija de pobres, pobre,
madre de pobres, abuela de pobres, pobre,
asesinada por luchar por su pueblo,
por organizarse para defender su tierra,

sus ríos, sus bosques, su cultura.
Sembrada como semilla de esperanza.

Yo tengo una hermana blanca,
discriminada en el trabajo por mujer,
humillada, amenazada, violentada
por mujer.
Tengo una hermana feminista,
concienciada, igualitaria, luchadora,
organizada con otras mujeres
que sueñan con otro mundo,
conciben, gestan y paren
niños y niñas iguales,
hermanas y hermanos
que luchan por la igualdad, la libertad y el amor.

Yo tengo tantas hermanas…
que somos familia numerosa,
infinita de sororidad.  Deme Orte